La Luz que Brilla para Todos
Al concluir la temporada de Navidad, la Iglesia entra en la temporada de la Epifanía, un tiempo que nos invita a reflexionar sobre la manifestación de Cristo al mundo. Epifanía, que significa "revelación" o "manifestación," se centra en la historia de los Magos en Mateo 2:1-12. Estos sabios buscadores del Oriente siguieron una estrella, en busca de aquel que había nacido como Rey de los judíos. Lo que encontraron no fue un rey terrenal en un palacio, sino un niño en circunstancias humildes, encarnando el amor y la gracia de Dios para toda la creación.
La historia de los Magos está llena de significado. Estos viajeros no eran judíos, ni formaban parte de la historia de Israel. Sin embargo, fueron atraídos por la luz de Cristo, guiados por una estrella que atravesó la oscuridad de su mundo. Su viaje nos recuerda que el amor de Dios no tiene fronteras—culturales, nacionales, ni de ningún otro tipo. La luz de Cristo es para todos, llamando a todas las personas a venir y ver, a adorar y a salir transformados.
De muchas maneras, la temporada de Epifanía es una invitación para buscar la luz de Dios en lugares inesperados. ¿Dónde vemos a Cristo obrando en nuestro mundo hoy? Como los Magos, ¿estamos dispuestos a seguir esa luz, incluso si nos lleva a territorios desconocidos?
La Epifanía también nos desafía a considerar cómo reflejamos la luz de Cristo a los demás. Los Magos no solo encontraron a Cristo, sino que regresaron a su tierra por otro camino, sin duda cambiados por su encuentro. ¿Cómo podrían nuestros propios encuentros con Cristo inspirarnos a vivir de manera diferente? ¿Estamos dispuestos a ser portadores de luz en un mundo que a menudo parece estar envuelto en tinieblas?
En La Iglesia Episcopal de Santa María Magdalena y San Martín, nuestros ministerios se esfuerzan por ser un reflejo de esta luz. Ya sea a través de la distribución de alimentos, el apoyo a refugios locales o nuestras alianzas con organizaciones como Laundry Love y Care Portal, buscamos encarnar el amor inclusivo y transformador de Cristo revelado en la Epifanía.
A medida que avanzamos en esta temporada, recordemos que la luz de Cristo no solo brilla para nosotros, sino también a través de nosotros. Así como la estrella guió a los Magos, estamos llamados a guiar a otros hacia el amor y la esperanza que se encuentran en Cristo. Que nosotros, como los Magos, ofrezcamos nuestros dones—nuestro tiempo, talentos y tesoros—al servicio de Dios y de los demás.
En esta Epifanía, oremos por tener ojos que vean la luz de Cristo, corazones abiertos para recibirla y manos dispuestas a compartirla con el mundo. Que proclamemos con valentía, en palabra y obra, las Buenas Nuevas de que Cristo ha venido para todas las personas.
"¡Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz, y la gloria del Señor ha amanecido sobre ti!" (Isaías 60:1)